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Los colonos en Bernardino Racua y Puerto Morales Ayma tienen viviendas de madera, con todos los servicios básicos. Los niños también cuentan con una escuela, pero las familias exigen transporte entre el lugar y Cobija.
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“Estoy feliz, a diferencia de cuando llegué a Pando. Ahora tengo a toda mi familia junto a mí, también tengo un trabajo y tenemos todos los servicios básicos”, comentó entusiasta a La Razón Rubén Copa Flores, oriundo de La Paz y asentado en la comunidad Bernardino Racua, municipio de Santa Rosa del Abuná, al norte de Pando, desde el 8 de agosto.
Un cartel con adornos florales da la bienvenida a la colectividad Bernardino Racua. Las familias asentadas —en su mayoría de Cochabamba, La Paz y Oruro— manifestaron su felicidad con abrazos a los medios de comunicación que visitaron la zona.
El lugar que antes era pura vegetación, ahora tomó forma y se asemeja a la imagen de un pueblo. La zona tiene 28 casas construidas con madera. Cuenta con electricidad, agua potable, teléfono, un nuevo camino, posta sanitaria y un cuartel militar.
“Venimos a ver todo lo que se hizo. Se puede comparar con todo lo que había antes acá en Bernardino Racua y se puede ver que los avances son muy importantes”, informó el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz.
A mediados de agosto, La Razón pudo constatar que los asentados en Bernardino Racua tenían las mínimas condiciones de vida. Estaban alojados en carpas y eran vigilados por los dirigentes del lugar para que no retornaran a sus regiones.
Sin embargo, este medio comprobó, el martes, que el plan de asentamientos humanos que impulsa el Gobierno se consolida a medida que pasa el tiempo.
En plena Amazonia y bajo 35 grados centígrados promedio, los colonos ya construyeron 28 viviendas, todas con madera.
“Somos entre 100 a 150 familias. No todos tenemos casas, pero las compartimos. Sin embargo, pueden observar que se construyen más viviendas y con eso estamos más satisfechos”, expresó Silvia Flores Mamani, madre de familia y nacida en Oruro.
Similar expresión mostró Juan Medina Morales, cochabambino que llegó a Bernardino Racua el 8 de agosto. “Al principio no teníamos casi nada, estábamos a punto de tirar la toalla. Ahora, con el trabajo que hicimos vemos que podemos vivir”, manifestó.
Sobre el número de personas que actualmente radica en este lugar, el viceministro Almaraz afirmó que la cifra ascendió a 450. “En Santa Rosa se ha dotado de tierras a 700 ciudadanos. De éstas 700, yo calcularía que entre 450 y 500 personas viven acá en Bernardino Racua”, subrayó.
El 8 de agosto, el Gobierno trasladó a 312 personas a Cobija en un avión Hércules. Luego las llevó en buses hasta Bernardino Racua. El proyecto estatal otorga 75 hectáreas a cada familia.
“Tenemos granjas de pollos y estamos criando chanchos. También cultivamos yuca, arroz, locoto, frijol y maíz”, aseguró Tomasa Cutipa Vásquez, quien llegó desde Cochabamba hace tres semanas al asentamiento para trabajar junto a su esposo.
En una de las viviendas, sobre dos repisas elaboradas con madera, se instalaron dos teléfonos. “Con estos teléfonos podemos comunicarnos con nuestra gente (en todo el país); eso también es una alegría”, expresó Copa Flores.
Sin embargo, no todo es alegría en el campamento. Los colonos se quejaron por la falta de medios de transporte desde Cobija hasta el lugar. “No podemos salir a visitar a nuestras familias y cuando lo hacemos tenemos que pagar hasta Bs 500 para llegar a Cochabamba”, aseguró José Luis Flores Chipana, cochabambino.
“No todos tenemos casas, pero las compartimos. Sin embargo, se observa que se construyen más viviendas”. Silvia Flores Mamani, orureña.